miércoles, 21 de noviembre de 2018

PENSAMIENTO CRÍTICO Y PENSAMIENTO CREATIVO


Educar permite cambiar el mundo, tenemos ese poder. La humanidad cambiará más en los próximos 20 años que en los 300 pasados, y no sabemos hacia dónde vamos. Estamos en una revolución que nos lleva a un mundo cargado de estímulos, información, cambios, y tenemos que ser sensibles a eso. Tenemos que enseñar a pensar. Crear una educación que enseñe a pensar y comprender, para desarrollar el pensamiento crítico y el pensamiento creativo.
Ya no se trata sólo de buscar información, eso lo tenemos por todos lados. Se trata de asimilar, seleccionar y crear información de calidad. Nos da vértigo… Pero eso es fomentar el pensamiento crítico: ser intelectualmente autónomos, tener ideas, criterios propios y argumentos para las opiniones.
El pensamiento creativo ya se viene viendo necesario desde los años 50, con Gilford.
Pero no es lo mismo tener pensamiento creativo que tener imaginación. No todo lo nuevo o raro es creativo.
Imaginar es coger ideas que ya existen en la mente y unirlas.
Crear es producir  ideas nuevas y valiosas, es decir, que sirvan para algo o resuelvan algún problema. Por ejemplo, miramos esta idea de sofá… es original? Si. Se puede utilizar? No. Sólo sería una idea creativa, si su fin fuera una exposición o explicar la fragilidad.
La creatividad desarrolla el pensamiento divergente.
-        Pensamiento convergente: es el que tiene la especie humana y que se enseña en las escuelas hasta ahora.
-        Pensamiento divergente: Aparece si, ante el mismo problema, se buscan distintas alternativas. No se dan conocimientos cerrados,  nos da idea de futuro.
Según Sir Ken Robinson, “la escuela mata la creatividad” (Os invito  ver el vídeo con ese nombre, que está en yutube, y a reflexionar). 
Y Piaget ya dijo que “el principal objetivo de la educación es crear individuos capaces de hacer cosas nuevas y no simplemente de repetir lo que hicieron otras generaciones”.


Y mi reflexión: Vamos a salirnos del patrón, ser modelos de creatividad, no odiar los cambios y salir del inmovilismo en que se encuentra la escuela, no tengamos miedo al ridículo ni al fracaso. Vamos a formar alumnos con la mente abierta para ver y crear otras ideas, y adaptarse a los cambios que aún están por llegar.

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