sábado, 28 de noviembre de 2009

DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DE TDAH

Diagnóstico

El diagnóstico se realiza cuando una persona presenta síntomas de padecer TDAH. Generalmente se han evidenciado los problemas ya descritos tanto en la familia como en la escuela. A partir de los 5-6 años puede comenzar a ser evidente el trastorno y, sin lugar a dudas, se manifiesta claramente alrededor de los 7 años. La detección precoz es importante para ayudar a paliar los síntomas que provocan el fracaso escolar. Una vez confirmado el diagnóstico se procederá a un tratamiento en el que intervendrán padres, maestros, psicólogos, pedagogos y neurólogo.

Tratamiento

Actualmente se enfoca desde tres vías:

• Psicológica
• Educativa
• Farmacológica

Tratamiento psicológico:

Consiste fundamentalmente en potenciar la autoestima, optimizar la atención y concentración, lograr el control conductual y autocontrol y mejorar las habilidades sociales.

La motivación para el tratamiento es fundamental. El paciente necesita creer que su “problema” se puede superar y todo le va a ir mejor. Potenciar la autoestima es muy importante ya que, como hemos visto, los/as niños/as con TDAH tienden a tenerla baja, a no creer en sus posibilidades o incluso a deprimirse. Posteriormente se trabajan la atención y concentración y el desarrollo del autocontrol, que son las dificultades mayores que presenta el trastorno.
La mejora de las habilidades sociales es igualmente destacada porque, debido a los problemas comportamentales, el paciente con TDAH puede perder habilidad en el manejo social y tener dificultades para relacionarse adecuadamente o mantener sus amistades.
Está claro que la vida junto al niño/a con TDAH no es fácil. Se trata de un/a niño/a que no escucha con atención, es olvidadizo/a, pierde cosas, no se centra en nada, se cansa de los juegos y de la tele, se mueve demasiado, no duerme bien... En definitiva: muy complicado como amigo y mucho más como hijo.

Pero lo que no debemos perder de vista es que aún es mucho más difícil para la persona que padece el TDAH. Siente que no consigue hacer nada bien. Gasta sus esfuerzos y energías en hacer los deberes y luego se le olvida llevarlos a clase. Quiere jugar pero el resto de los niños le evitan. Quiere ayudar pero olvida las instrucciones que le dieron... Y todo eso se va convirtiendo en una enorme bola de frustración.
El tratamiento psicológico es el que va a ayudar al niño/a con TDAH a superar la frustración.
La Terapia Conductual ha demostrado eficacia de estrategias de tratamiento.
Consiste, en premiar las conductas positivas del niño/a y utilizar reforzadores positivos.

Los premios son agradables de alcanzar y el niño, o la niña, se esfuerza en su conducta para conseguir aquello que desea. Se recomienda utilizar como premios la realización de actividades que le gusten al niño/a, como por ejemplo: jugar con él, ir al cine, ir al parque... Ya que los premios en los que se incluyen componentes afectivos son mucho más interesantes que los premios de tipo material.
Los castigos implican privar al niño/a de algo que le agrada o forzarle a hacer algo desagradable. Puede resultar eficaz a veces, pero no siempre elimina las conductas inapropiadas en el niño/a con TDAH. Con frecuencia, los padres de niños/as que padecen el síndrome aluden “...ya no sé qué hacer con él; le da igual todo, incluso que le castigues”. Esto es lógico debido a que cuando un niño/a desea llamar la atención le da lo mismo que sea para bien o para mal, puesto que sea cual sea la consecuencia habrá logrado el objetivo de llamar la atención. Por ello es recomendable premiar la conducta positiva e ignorar completamente la negativa.

Por otro lado es aconsejable que el tiempo transcurrido entre la conducta y el premio o castigo sea breve para asegurar su eficacia.
Además, si se le promete algo al niño/a habrá que cumplirlo pase lo que pase. Los objetivos deben ser relativamente fáciles de conseguir para que el niño/a no desista de intentarlo; pero tampoco demasiado fáciles porque no mostraría interés.

La ECONOMÍA DE FICHAS es una técnica que consiste en dar puntos negativos o positivos en función de si se cumple o no cierta conducta. El número total de puntos se canjea por distintos premios. Tanto la lista con los objetivos a conseguir, como el cuadrante con los puntos, deben estar a la vista del niño/a. Generalmente se utilizan gomets para marcar los puntos positivos logrados. Puede utilizarse de 3 a12 años.

La Terapia Cognitiva ayuda a resolver asuntos inmediatos. Se trata de temas como organizar las tareas, gestionar el tiempo, mantener la atención, relajarse, lograr concentración, fomentar nuevos comportamientos... Se da apoyo y se enseña el autocontrol. La motivación es fundamental en esta parte del tratamiento.

Como técnica puede emplearse, por ejemplo, un CONTRATO DE CONTINGENCIAS, recomendable con niños/as a partir de 10/11 años. Consiste en hacer un contrato por escrito con el niño/a acerca de su comportamiento y algún objetivo que se desee lograr al respecto. Cada uno tiene que dejar constancia en términos específicos de la conducta que desea en el otro. Se establece un diálogo y un acuerdo consiguiendo que el niño/a juegue un papel importante en el control de su conducta.

Dentro de la terapia cognitiva es muy común el uso de fichas y registros. Las FICHAS son ejercicios que el niño/a va realizando, con ayuda del terapeuta y que están pensadas para lograr objetivos relacionados con la atención, concentración, realización de tareas y autocontrol.

Los REGISTROS sirven para controlar. Existen registros para el terapeuta, para los maestros y para los padres. De forma que van rellenando controles que ayudan a identificar los objetivos superados o las dificultades encontradas.
Además, suelen realizarse registros para que el mismo niño/a realice de forma que se implique en el tratamiento de su conducta. Es cierto, y hay que decirlo, que para un niño/a con TDAH rellenar estos registros puede convertirse en un suplicio que raras veces están dispuestos a efectuar.
El adiestramiento en habilidades sociales puede ayuda a aprender y practicar nuevos comportamientos. Se le enseñan al niño/a nuevos comportamientos apropiados como esperar el turno, compartir juguetes, preguntar en clase, reaccionar ante burlas, participar en actividades de grupo...